Ya lo dijo el pedagogo y filósofo cubano del siglo XIX José de la Luz y Caballero:
Enseñar puede cualquiera; educar sólo aquél que sea un evangelio vivo.
Tienen pues, todos los educadores cubanos un gran y merecido privilegio. Mayor protagonismo tienen todos aquellos que participaron en la maravillosa Campaña de Alfabetización, que permitió, como dice su himno, llevar a toda Cuba la luz de la verdad.
El tercer año de la Revolución, 1961, fue decisivo para la historia del pueblo cubano. A la proclamación del carácter socialista de la Revolución, la victoria de Playa Girón y otros importantes acontecimientos se le sumó la Campaña de Alfabetización. El 22 de diciembre de 1961, Cuba fue proclamada Territorio Libre de Analfabetismo.
La Campaña… estuvo precedida por la alfabetización que se llevó a cabo dentro de las filas del Ejército Rebelde, luego del triunfo de enero de 1959. Las cifras que se exponían en el censo de 1953, último llevado a cabo antes del Triunfo de la Revolución, mostraban la dramática realidad de que casi casi la cuarta parte del pueblo cubano, era analfabeta.
Por eso, el 29 de agosto de 1960, durante la graduación del primer contingente de maestros voluntarios, Fidel anunció:
El año que viene, vamos a librar la batalla contra el analfabetismo. El año que viene tenemos que establecernos una meta: liquidar el analfabetismo en nuestro país.
La Campaña se inicia oficialmente el 1 de enero de 1961 y a muy pocos días de este comienzo, el gobierno del saliente presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, anuncia la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba, cerniendo una serie de amenazas sobre la joven Revolución y los bisoños maestros.

Conrado Benítez
El 23 de enero Fidel con voz emocionada anuncia el asesinato de Conrado Benítez:
¡Después de muerto ese maestro seguirá siendo maestro! (…) Ese maestro es el mártir cuya sangre servirá para que nosotros nos propongamos, doblemente, ganar la batalla que hemos emprendido contra el analfabetismo (…) El mártir del Año de la Educación, el mártir de los maestros.
Diez días después de asumido el mandato, el nuevo presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, anuncia un agresivo plan contra Cuba. El país vive bajo condiciones de guerra no declarada, sin embargo, Fidel no descuida la campaña de alfabetización, y pocas horas después, en este ambiente, visita la Comisión Nacional, donde aborda temas relacionados con la creación de las brigadas de alfabetización que llevarán el nombre de Conrado Benítez.

Delfín Sen Cedré
El 3 de octubre otro brigadista es asesinado: Delfín Sen Cedré, pero el imperialismo y sus bandas mercenarias en Cuba no pueden evitar que el 5 de noviembre el municipio de Melena del Sur sea el primero en el país en erradicar el analfabetismo. A este le siguieron los municipios de San Antonio de las Vegas, el 7 de noviembre; y Santa María del Rosario, el día 9. Más tarde: Marianao, Fomento y Mayarí.
Los bandidos contrarrevolucionarios en

Manuel Ascunce Domenech
el Escambray asesinan, el 26 de noviembre, al brigadista Manuel Ascunce Domenech y al campesino Pedro Lantigua Ortega, considerados desde entonces, mártires de la Alfabetización. A pesar de la sangre y las lágrimas derramadas, el deber llama y la victoria es inminente. El 7 de diciembre la otrora provincia de La Habana es la primera en declararse Territorio Libre de Analfabetismo.
El 20 de noviembre se declara terminada oficialmente la Campaña de Alfabetización y dos días más tarde, Cuba se proclama Territorio Libre de Analfabetismo.
Aquel 22 de diciembre de 1961, las palabras de Fidel resumen esfuerzo:
Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de legítimo orgullo y de gloria, como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados. Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así -batalla-, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. (…) Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia los otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo. ¡Eso es Socialismo!
Así ganó la Cuba revolucionaria su primera gran batalla por la educación y la cultura, acontecimiento histórico que nunca antes pueblo alguno logró con tanto éxito.
En el año 2001 por sugerencias de Fidel, se comenzó a trabajar en una cartilla que combinaría números y letras para enseñar a leer y a escribir a personas adultas, mediante la utilización de recursos audiovisuales como la televisión y reproductoras de video, surgía “Yo si puedo”, para llevar el conocimiento a todos los rincones del mundo.